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MUERTOS EN PATAZ DEBEN
LLAMAR A LA REFLEXIÓN
Escribe: Enrique Lazo Flores.- 05-05-25.- Si bien es cierto que los muertos producidos en Pataz un lugar donde la minería formal y la ilegal se juntan en el mismo camino por el oro, ha conmovido al país, este echo nos debe llamar la atención que en los momentos en que nos encontramos, sobre todo, los que moramos en zonas mineras, debemos pensar que eso podría pasar en el sur del País, sobre todo en la región Moquegua, Arequipa, Cusco, etc. por decir lo menos, lugares donde permanente se ven conflictos que por nada se vienen generando, sin generar nada positivo para las comunidades, donde los trabajadores del agro y el comercio formal son mayormente los más afectados.
Habrá muchos que señalen que el escenario de Pataz es diferente al de Moquegua, por decirlo así, si es cierto, en Moquegua y Arequipa, regiones donde muy de cerca se viven los conflictos sociales, no para agendar más fuentes de trabajo, o mejorar el bienestar y condiciones de vida de los agricultores y trabajadores del agro, sino, paradójicamente son para evitar que se generen más fuentes de trabajo y se vean truncados los proyectos que por años se vienen luchando para lograr precisamente ese bienestar, que a través de diversos mecanismos de obstrucción como los “paros secos”, modalidad inventado por los antimineros, sin darse cuenta, perjudican a sus mismos coterráneos que se manifestaron en contra de estas medidas y que solo quieren trabajar.
Es allí donde las autoridades deberían dirigir la mirada, porque éstas movilizaciones y amenazas de radicalización de paros y huelgas, se convierten en un caldo de cultivo para no solo perjudicar a la gente que quiere trabajar, tanto en la agricultura como en el comercio, contradiciendo inclusive a las autoridades que manifestaron su descuerdo con las huelgas, sino, se hacen propicias para la aparición de la delincuencia organizada que bajo la modalidad de la extorsión y el chantaje, está ganando terreno en el país, sobre todo en el norte donde a diario se mata, hasta por cinco soles por cobro de cupos, y eso en el sur sobre todo en el Valle de Tambo, donde la situación es sensible no debemos permitir, allí tienen mucho que ver los dirigentes que llevan adelante estas protestas contra Tía María, la delincuencia organizada está al acecho y deben ser muy rigurosos con la presencia de gente foránea.
Debemos recordar que Tía María es un proyecto de US$1,800 millones de inversión y al momento ya ha generado más de 628 puestos de trabajo, 503 de los cuales han sido cubiertos por trabajadores locales y cubrirá 3,500 puestos de trabajo durante la fase de construcción con trabajadores de la provincia de Islay. Además se espera que, cuando inicien operaciones en el 2027, el proyecto generará 764 puestos de trabajo directos y 5,900 puestos de trabajo indirectos. En la fase inicial de construcción, el avance en puntos de acceso y plataformas se encuentra en 61%.
En este panorama la minería legal se ha convertido en el motor del desarrollo representando casi el 15 % del PBI, el 60 % de las exportaciones y el 50 % del consumo eléctrico nacional y gracias a la minería, el Perú tiene una de las tarifas eléctricas más bajas del mundo, por lo que se hace imperativo que los dirigentes antimineros, que promueven las paros y huelgas, dejen de lado los prejuicios y apuesten a que se generen empleo y mejores condiciones de vida, la delincuencia está a la vuelta de la esquina y nos mira de cerca, es hora de reflexionar y velar por el bienestar de todo el valle de Islay, ese debe ser tarea de los dirigentes y los que se oponen al proyecto Tía María, la historia los juzgará.
