DE PAROS Y MOVILIZACIONES
Escribe: Enrique Lazo Flores, 28 octubre 2024.- Desde que aparecieron los paros y movilizaciones, en los diferentes espacios llámese laborales o sociales, siempre se hicieron con un tinte reivindicativo o de protesta, y está normalmente amparado como el Derecho a la Protesta y a la Movilización pacífica en la Constitución Política del Estado, pero estas protestas cuando están acompañados de violencia y agresión a la propiedad privada, afecta las libertades del ciudadano y ponen en peligro la vida y la salud de la persona, saliiéndose del contexto reivindicativo o, de protesta justificada, convirtiéndose este derecho en un abuso, por lo tanto es un delito.
A lo largo de varios gobiernos hemos visto un sinfín de protestas y movilizaciones, como paros y huelgas y todos terminaron con violencia, quema de llantas que contaminan el ambiente, bloqueos de carreteras que afectan al derecho de libre tránsito de la ciudadanía, derechos que deben ser respetados ya que afectar a esos derechos son delitos, pero casi nunca son sancionados, pero si son reprimidos por las fuerzas del orden cuando se exceden en las protestas y afectan a la propiedad privada.
Este año se realizaron una serie de protestas con saldos lamentables de muertos y heridos que el gobierno hasta este momento no ha logrado deslindar, en cambio, ha sacado leyes que penalizan las protestas que se hacen con violencia, una acertada medida que no afecta al derecho a la, protesta y los efectos se estan viendo de alguna manera en lugares donde las protestas sociales solían hacerse con violencia, caso la provincia de Islay donde se fueron a la paralización sin bloqueos ni violencia, señales que la gente está empezando a entender que “Los derechos de Uno, terminan donde empiezan los derechos de los Demás”. regla general para poder vivir plenamente con todos los derechos humanos.
Es normal las protestas, marchas y movilizaciones cuando son justificadas respetando las reglas, normas, leyes y derechos del ciudadano, eso lo esta entendiendo la población de Islay, empezaron a darse cuenta que es necesario sentarse en una mesa para dialogar, para consensuar y encontrar puntos que favorezcan a ambas partes para que nadie salga perjudicado, porque de este y muchos diálogos que se deben dar, dependerá en gran parte el desarrollo y el progreso de esta provincia, sobretodo de aquellos lugares donde aun no ha llegado el agua potable, donde no tienen un puesto de salud equipado, donde falta aún infraestructura educativa y más puestos de trabajo, necesidades que el estado no parece tener capacidad de atender. Es hora de dialogar, es hora de vivir de lo que la naturaleza nos da.
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